Fundación Rumbos (arq. Silvia Coriat). Revista Frontera N° 12. Sección Arquitectura para la Inclusión, 05/15. Versión en texto y en PDF con imágenes.
La sede de Fundación Rumbos, fue concebida accesible desde el inicio. Se encuentra ubicada en el barrio de Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires, en uno de los primeros edificios que brindan buenas condiciones para instalar una oficina accesible (Edificio “Sin Barreras”- Ing. Julio Abruj, 1997). Quienes la vivimos cotidianamente, y quienes la visitan de forma eventual, valoramos la amabilidad de sus espacios. Sus 50 m2 desmitifican la idea de que la accesibilidad requiere de grandes superficies. Se trata, esencialmente, de una cuestión de diseño.
Nos resulta interesante compartir en esta nota los aspectos que valoramos a la hora de elegir el edificio y cómo pensamos los espacios de la oficina.
Las áreas comunes del edificio
Ascensores. Las cabinas de los dos ascensores no son iguales. Aunque ambas poseen las medidas mínimas suficientes para que una persona ingrese con la silla de ruedas, que una sea más chica permite que la otra sea más grande. La diversidad es una valiosa característica del diseño inclusivo. En edificios de dúplex, es poco común encontrar que los ascensores paren en todos los pisos. Esta particularidad permite comunicar los dos pisos de nuestra oficina mediante un circuito accesible. En esta solución hay otro aporte interesante para el diseño inclusivo: la diferencia de nivel no se absorbe desde lo individual sino desde lo colectivo.
Pasillos. Otra característica que se destaca en los recorridos interiores son los “chanfles” en los ángulos de encuentro de las paredes. Facilitan mucho las maniobras de giro.
El interior de la oficina
Optimizar la superficie útil. Con 50 m2 útiles de espacio se optó por diferenciar dos áreas de trabajo en correspondencia con los dos niveles de dúplex. En ambas la distribución de los muebles se corresponde con otra de las premisas de la accesibilidad: circular con fluidez. Cambiar de dirección en el moverse de un lado a otro, no es tarea fácil si los muebles son un obstáculo. En el nivel superior, la ubicación perimetral del equipamiento liberó una amplia área central, favoreciendo mayor libertad de movimiento y eventuales reuniones grupales. En el nivel inferior, la necesidad de coexistencia de puestos individuales de trabajo y un espacio de reunión, dio lugar a un cerramiento de puertas corredizas entre ambos sectores, permitiendo integrar todo el espacio, o bien diferenciar los dos ámbitos.
Equipamiento. Todas las superficies de uso (puestos para las PC, mesa central, mesadas de cocina y baño) cuentan con un espacio libre por debajo, en todo su ancho y profundidad, que permite aproximación y libertad de movimientos a usuarios de silla de ruedas. Las bases roscadas de las patas de la mesa central permiten regular su altura. Tomando en cuenta el alcance restringido desde la silla de ruedas, se destinó a estanterías, biblioteca y archivos los espacios disponibles a menor altura. Las fichas de encendido y los toma-corriente se ubicaron en un zócalo sobre las superficies de trabajo. Los percheros, en ambos recibidores, se ubicaron en batería superior e inferior; y el visillo de la puerta de acceso, en ambas unidades, también se duplicó con el mismo criterio.
Aberturas. Las puertas dejan un ancho de paso superior a los 0.80m y cuentan con agarradera a fin de facilitar, desde la silla de ruedas, cerrar tras de sí la puerta (dado que el picaporte queda fuera del alcance, en el extremo opuesto).
Baño. Es un recinto amplio en el que lo esencial fue asegurar una buena aproximación a los artefactos desde la silla de ruedas: frontal al lavabo, frontal y lateral al inodoro. Se incorporaron barras laterales que colaboran a sostenerse en la transferencia desde la silla, o bien a incorporarse a quien camina con dificultad. Una de las barras es rebatible para no obstaculizar el acercamiento lateral con silla de ruedas. Una cajonera móvil, con manijas a ambos lados, se encuentra disponible, para aproximarla según necesidades, sea para utilizar elementos allí guardados, sea para utilizarla como superficie de apoyo: el aseo desde la silla de ruedas requiere frecuentemente de insumos complementarios a los habituales. El piso es antideslizante.
ADAPTACIONES A MEDIDA DE LAS NECESIDADES DEL STAFF
Quien conduce el área administrativa es sordo; tiene excelente oralidad y lectura labial. Presencialmente, solo tenemos que cuidar de hablar mirándolo de frente, y con buena iluminación. La división entre ambas zonas al ser vidriada facilita la comunicación.
Para las comunicaciones a distancia con él, instalamos un dispositivo que transmitiera mediante señales visuales el aviso de llamadas, ya fueran internas o externas (portero eléctrico, timbre, etc.). Pocos años después, los mensajes de texto desde las PC y desde los celulares tornaron más fluida la comunicación.
Nota: Artículo basado en “Una oficina accesible”. Autora Arq. Silvia Coriat. Publicado en Revista Vivienda Nº 606. Pág. 101 a 104. Enero 2013.
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