Audiencia “Tratamiento a la tarifa técnica y modificación del cuadro tarifario para la explotación del Servicio de Subte”.
Trasladarse por la ciudad es un derecho y necesitamos que el subte siga cumpliendo su rol de servicio público, con tarifas acordes a los sueldos de personas que van a trabajar, a estudiar, a recibir atención de salud. En este momento de brutal crisis económica, es indispensable facilitar a las personas el acceso al trabajo y al estudio. No podemos aceptar un aumento del 360% en el pasaje de abril que para mitad de año llegaría a 505% y dejar que se vaya gran parte del sueldo en viajar, cuando además hay afrontar aumentos del alquiler, los alimentos, los servicios de salud.
Nos preguntamos si con el aumento de tarifas se harán las inversiones necesarias para mejorar la frecuencia, la seguridad de los usuarios y de los trabajadores del subte, si mejorará la accesibilidad. No lo creemos.
A mediados del 2017 realizamos un relevamiento sobre las condiciones de accesibilidad de la red de subterráneos. Según nuestros resultados de un total de 87 estaciones, sólo 29 tenían ascensor para viajar en ambas direcciones: SÓLO UN TERCIO DE LAS ESTACIONES ERAN ACCESIBLES. Pero por falta de funcionamiento de los ascensores 6 DE CADA 10 VIAJES NO PODÍAN REALIZARSE.
En diciembre de 2018 la Legislatura porteña modificó el Código de Tránsito y Transporte a través de la ley 6132, y desde Rumbos y otras organizaciones manifestamos nuestro rechazo. Esta ley respondió exclusivamente a una estrategia judicial del oficialismo para hacer frente a un amparo contra el Gobierno de la Ciudad, mediante el cual se reclamaba accesibilidad en los subtes. Además permitió postergar por 20 años la obligación de eliminar las barreras arquitectónicas existentes en la red de subterráneos de la ciudad.
El art 2° de esta ley obligaba al poder ejecutivo a realizar un relevamiento de todas las estaciones y conexiones en el plazo de un año para establecer un plan de adecuación de las mismas. A más de 4 años de cumplido el plazo, las organizaciones nunca leímos este relevamiento. ¿Existe? Si es así, les pedimos que le den difusión y que nos lo hagan llegar.
Pasaron 7 años de nuestro relevamiento y ¿qué cambió?
Con la información de la página de EMOVA analizamos el estado de la red de subtes el miércoles 13/3/24. De 90 estaciones, solo 36 tienen ascensores para viajar en ambas direcciones. Eso parece ser una mejora. Pero solo en 12 estaciones estaban funcionando todos los ascensores. De 90 estaciones, solo en 12 funcionaban los ascensores. Un 13%. Un verdadero desastre y una gran falla en las inversiones que hicieron. ¿De qué sirve instalar un ascensor si va a estar detenido por semanas y semanas?
En la línea A funcionaban solo los ascensores de la estación Plaza de Mayo, no sirve para ir muy lejos. En la línea C solo funcionaban los de Constitución. En la línea D y E no había ninguna estación con ascensores en funcionamiento. Entonces en realidad quedan 10 estaciones accesibles. Una persona que usa silla de ruedas o scooter, que va con un cochecito de bebé, que por edad o condición no puede usar las escaleras, solo podía viajar entre 4 estaciones de la línea B y 6 estaciones de la línea H. Esta era la situación del subte el 13 de marzo, pero es similar a la de cualquier otro día.
Otro tanto pasa con las escaleras mecánicas, continuamente fuera de funcionamiento, con la dificultad que ésto implica para personas con movilidad reducida.
Nuestras propuestas:
- Garantizar la adecuación de las estaciones de la red de subterráneos a la brevedad, derogando la Ley N° 6132. Las personas en situación de discapacidad no pueden esperar hasta el 2038 para poder viajar en subte.
- Instrumentar de forma inmediata medidas para mejorar el mantenimiento de ascensores y escaleras mecánicas.
- Garantizar que la información referida a recorrido, estaciones, etc. sea dada de forma visual y auditiva simultáneamente.
- Decimos NO AL TARIFAZO: Exigimos una tarifa de subte acorde al sueldo real de las personas que utilizan el servicio.
María Rodríguez Romero
Está claro que, en una Ciudad de la escala de Buenos Aires, el transporte público es imprescindible, una necesidad básica, para acceder a las actividades que nos permiten sobrevivir: el estudio y el trabajo. Lo atestados que van los subtes en las horas pico, cuando se va o se vuelve del trabajo o el estudio, nos marca la dimensión de la importancia y masividad del subte como medio de transporte en CABA.
El transporte no es un lujo, ni una actividad suntuaria. Ni siquiera debiera manejarse como mercancía, dado que quien debe utilizarlo, en la escala de la ciudad de Buenos Aires, no obtiene de él ningún beneficio, más allá de garantizar por este medio parte de las condiciones mínimas necesarias, por ejemplo, para su continuidad laboral. Es el puente imprescindible para llegar a destino. Sin embargo, en la denominación de la temática de esta audiencia, queda claramente explicitado que se trata de un bien explotable, que debe rendir una ganancia a quien lo administre.
Resulta incomprensible el incremento de la tarifa en un 360% cuando los sueldos y las jubilaciones vienen totalmente rezagados y la brecha entre éstos y los valores de la Canasta Básica Total, (que no incluye el alquiler), la que indica los ingresos mínimos para no considerase pobre, incluso la Canasta Básica Alimentaria, se alejan cada vez más. A menos que asumamos que el GCABA, en total sintonía con el gobierno nacional, estima prescindente el trabajo de miles de trabajadores que utilizan este medio de transporte a diario. ¿Qué importancia tendría entonces que no les cierren las cuentas? ¿Qué importa que tengan que elegir entre cubrir la alimentación, la salud, el alquiler o el transporte al trabajo?
La ciudad y sus servicios, entre ellos la salud y el transporte, han sido concebidos para asegurar la presencia de los trabajadores en sus puestos de trabajo, para asegurar las ganancias a los capitalistas que de ello se desprenden. El Estado ha cumplido históricamente el rol de asegurar dicha estructura.
Hoy, en Argentina, las prioridades han cambiado. Los gobiernos, nacional y de CABA, no priorizan preservar dicho rol del Estado, ni asegurar condiciones de vida de su población trabajadora, la que en amplios rubros es considerada prescindente, no solo en el ámbito privado, donde la racionalización optimiza ganancias desprendiéndose de miles de trabajadores, sino también en la función pública. Baste mencionar el desguace de organismos de la estatura del CONICET, el INCA, y el vaciamiento de organismos de DDHH como el INADI o la ANDIS.
Sabemos que son nacionales, pero la política que implementa estas acciones, fogonea las decisiones en CABA, abriendo el camino a tarifazos como el que nos convoca aquí.
Rechazo la propuesta del GCBA referida a “Tratamiento a la tarifa técnica y modificación del cuadro tarifario para la explotación del Servicio de Subte” presentado en esta audiencia, y denuncio el accionar de un gobierno que abiertamente toma medidas a favor de los grandes grupos capitalistas, en desmedro de la población, en la que se genera desocupación y hambre.
Exijo que el valor de la tarifa actual de subte sea congelada hasta tanto se equiparen los valores de la Canasta Básica Total con los sueldos reales.
Silvia Coriat
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