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Cómo adecuar un edificio para que se transforme en accesible.

Fundación Rumbos. Revista Frontera N° 11. Sección Arquitectura para la Inclusión, 03/15. Versión en texto y en PDF con imágenes.



Habitualmente solicitan nuestro asesoramiento personas con discapacidad que se encuentran “atrapadas por la falta de accesibilidad” en sus departamentos. Escaleras o ascensores diminutos, pasillos angostos y entradas con escalones, son los obstáculos que frecuentemente se les interponen para circular libremente.


Una buena noticia es que, desde el 2003, en cumplimiento en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires de las disposiciones de la ley Nº 962 “Accesibilidad física para todos”, los edificios nuevos tienen que considerar a las personas con movilidad reducida. Sin embargo, hay miles de edificios existentes que no cuentan con estos requisitos y es allí donde hay que poner el foco para hallar soluciones.


En la edición Nº 9 de esta Revista, correspondiente a noviembre de 2014, trazamos el camino sobre cómo iniciar la solicitud de adecuación al Consorcio y articular entre las partes intervinientes: la persona que lo necesita, la administración, los vecinos, y el profesional del diseño y construcción.


Ahora, es momento de hablar acerca de las cuestiones de accesibilidad propiamente dichas.

¿Cómo evaluar la accesibilidad en las áreas comunes del edificio?

Para los usuarios con discapacidad, la clave es la circulación. Hall de ingreso, garaje, pasillos y ascensores se constituyen en itinerarios peatonales obligados para acceder a las unidades.

Características básicas de accesibilidad en itinerarios: amplitud en los anchos de paso; superficies de tránsito continuas y de suave pendiente al salvar desniveles; pasamanos en escaleras y rampas.


Amplitud: en las circulaciones; en la superficie de maniobra necesaria para cambios de dirección o para aproximarse a puertas; en el ancho de paso de las puertas de rellano y cabina de ascensor, y en la profundidad interior de la cabina. Los usuarios que más lo requieren son quienes usan silla de ruedas.


Si hubiera escalones: Generar superficies de tránsito con suave pendiente, que brinde continuidad para franquearlos. Para quienes caminan con dificultad, los escalones pueden constituir un serio obstáculo; para usuarios de silla de ruedas que se impulsa manualmente son un impedimento sólo salvable con ayuda; para usuarios de silla de ruedas motorizada son una barrera insalvable. La pendiente de las rampas se calcula en función de la altura del desnivel a salvar. Las pendientes normadas no son las ideales, sino las máximas admisibles. Si es posible reducirlas, su utilización reducirá grandes esfuerzos a sus destinatarios, pero implicará mayor desarrollo en su recorrido. Si no fuera posible siquiera alcanzar la pendiente normada, se evaluará la instalación de un medio alternativo de elevación (plataforma, preferentemente de eje vertical) y, como última opción, la construcción de una rampa para uso asistido.


Pasamanos en escaleras y rampas. Los pasamanos deberían sobresalir en ambos extremos entre 15 y 40cm asegurando un sostén ergonómico hasta subir o bajar el último escalón o pasar del plano inclinado al horizontal. La continuidad, también sirve de guía a personas ciegas. La presencia de un pasamanos inferior en ambos lados de la rampa facilita el agarre para usuarios de silla de rueda que se auto impulsan.


Respecto de los ascensores: En ascensores donde el ancho de paso es menor a 80 cm no admiten su disminución por pequeña que ésta fuera. En el reemplazo de las puertas tijera, asegurarse de utilizar mecanismos de apertura que no reduzcan el ancho de paso ni la profundidad de la cabina en ninguna de las posiciones (puerta abierta, cerrada, o durante su pasaje a una a otra posición). Así, quedó regulado por la Ley 161, Ordenanza Nº 46.275, art. 5, de la Ciudad de Buenos Aires. Según dimensiones del pasadizo, y tipo y modelo de ascensor, es posible ampliar el paso y/o medidas interiores: reemplazando el sistema de apertura en los rellanos; incorporando “caja escondida” para el plegado de la puerta sin invadir el ancho de paso en la cabina.


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